lunes, 27 de junio de 2011

martes, 21 de junio de 2011

Si pudiera...


Si pudiera.
Si mi mano se aferrase a la tuya y lo ojos tocasen.
Si las dudas fuesen cadenas.
Si los corazones cuerdas y
si las huellas quedasen.
Sí, las huellas. Quedasen,
permaneciesen como hoy permaneces,
como cuando miras y miraste.
Y permaneciste aquí, en el espejo que guardo de hoy.
Y guardaré, espero, reflejado en llamas;
en velas por cada día y momento.
En velas de olor a tú, color y calor de tú.
Brillo para cuando se pierda el oscuro de tu sombra, 
para cuando alumbre otra mirada.
Brillo para velar la partida y señalar la vuelta.
Brillo de luz de memoria, de nada.

Si pudiera, yo misma caería en pedazos,
y me desharía en ceniza. Yo misma
te pediría brillar por ti. Brillarme.
Si pudieran tocar los ojos y aferrarse mis manos.
Si los corazones fuesen cadenas y las dudas, cuerdas.
Y si pudiera, yo me teñiría de sombra para ti,
de oscuro de partida para volver contigo.
Yo misma,
Si pudiera.

jueves, 16 de junio de 2011

There we go!

Idea original: Andrés Fdez.-Albalat

Idea original: Andrés Fdez.-Albalat

domingo, 5 de junio de 2011

Chover. Chovendo. Chovido.


Mojada por charcos, pasaba por allí. Charcos, el reflejo del mismísimo cielo, la cara amarga del sol, de la moneda que figuraría en sí el planeta. La basura hecha de alfombras para pisar, de bebederos y acuíferos de bacterias; la porquería de la sociedad, la oscuridad de los amaneceres, el frío en su máximo esplendor. Y yo, por allí. Como siempre esperando, como siempre a la espera. Como siempre, pensando en ese tipo de cosas que a nadie más se le ocurrirían. A veces me pregunto si es que hay alguna normativa que prohíba a la imaginación, porque no veo más que bombillas ahogadas. De la imaginación no queda más que su imagen, la exteriorización de un cuadro mal pintado, la deforme mirada de una losa de agua ante la curiosidad. 
La imaginación,
son los charcos.

jueves, 2 de junio de 2011

FIGHT

¿Cómo es posible seguir así después de todo? ¿Cómo es posible que sigáis en búsqueda de una libertad? ¿De veras creéis que aún tenéis libertad? ¿De veras pensáis que algún día la habéis rozado? 
Buenos días a la hipocresía y buenos días a la ceguera, planeta. Buenos días a todos los que os amordazáis a diario con las cadenas que compráis. Buenos días, egoísmo, buenos días. "¿Qué dices? ¡Si a nosotros nos va bien!" Sí, bien imbéciles que os va. Bien ignorantes, como siempre, y bien preocupados de vuestra sucia conciencia.
Bueno, en fin y, ¿qué tal? Supongo que como siempre, no sé si habéis mirado, visto un poco siquiera. No sé si en vuestras sonrisas puebla el vacío o la crueldad, realmente no lo sé. No sé qué culpa hay, ni de quién es, pero está claro que es una herencia que habéis adquirido con gusto. Herencia que os mantiene a flote de la crisis, del hambre, de guerras, de pobreza, de soledad, de sentimientos, de libertad. Ricos sois y ricos seréis, ricos de puro vacío. 
¿Sabíais que al propio rey de la selva lo mantienen sonriendo con un poco de carne al día? Ni siquiera es consciente de que vive en una jaula en la que él mismo se metió. Qué coincidencia con vosotros mismos. Luego, sí, tachad al resto. Tachad lo que queráis porque sois vosotros los únicos tachados. Son vuestros ojos los que están tachados. ¿Tachados de qué? Pues, depende, a veces avaricia y otras simple idiotez. 
Nadie sabe a día de hoy dónde vive, dónde ubicarse, ni por qué luchar. Nadie sabe por qué grita, y grita por gritar. Todos se ven en una ciudad libre y ni siquiera viven en su propia ciudad. Todo lo grande ocupa, por eso estáis tan ocupados por vestir y parecer, por adornar la burbuja de los más bonitos colores.
Vale, pero no todo es así. No todo es simple, ni todo está carente de sentido si no es el nuestro. Hay preocupación, aunque esté invisibilizada por la ceguera que lleváis encima. Hay verdad, y podéis verla. Os invito a reflexionar sobre el mundo, a abrir los ojos de una vez por todas. Os invito a morder vuestras cadenas con saña. Os invito a la igualdad. 
Alzad el puño por vosotros y alzadlo por todos los que ya lo tenían alzado. Alzadlo por la realidad.