Es cuando la plenitud del mar, cae en gota.
Y el todo, ceñido en nada.
Lo que era, no es.
Cuando del calor conjunto nace un pétalo helado,
y el olor de soledad.
De lo que fue, no es.
Cuando tantos dedos se han hundido de la piel. Más dentro.
Y las caricias se tornan siempre anhelos
de ayer
para mañana.
Y la luz, el oro que todavía no llega,
pero antaño,
antaño sí llegaba.
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