pues hoy corre aire de muerte
y huye del viento su olor.
Rasgan los rayos la suerte...
No sé si tras los negros cristales.
No sé si más olvidada.
No sé si menos fuerte.
Quizás nos olvide al alzarse,
usted:
alma, cabeza, frente de nadie.
Quizás más hundido,
Quizás ya sin hambre
Me preguntan tantas lágrimas...
y beben, beben solo mi sed.
Escondida, en mis manos, la lástima.
Tranquilo, no les conteste.
Tranquilo, no la soltaré.
Y,
yo.
El mero espectador.
El mero espectador,
al habla.
Y,
hablaba.
Hablaba de usted,
hablaba de "adiós".
Adiós con mi embriaguez de estrellas.
Adiós con dolor en el aliento.
Adiós, hundiendo las uñas en la aspereza
de dormir, de que ya no despertará, de vivir sabiendo.
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