sábado, 8 de octubre de 2011

No pregunten...

¿Qué es la vida sin muerte, más que muerte en vida? No son los pasos si no sucesivos escalones que se hunden en el fin del camino. Y la altitud de la que gozas hoy, jamás la gozarás mañana. La claridad que ciega sus ojos, nunca será igualada. Y el amor, y el honor, y la esperanza, y el dolor. No pregunten por significados si siquiera hay palabras que formulen. No pregunten por ellos porque no hay más respuesta que nosotros a su pregunta. Es el amor quien siempre ha pervivido y el hombre el que humedeció en él sus labios, para perderse a la sombra del recuerdo. A su sombra. Con sonidos no se expresan sentimientos y mis sonidos brillan en cuerpo de letras. No sabría esculpir mi vida porque es la muerte quien pone fin a sus obras.
¿Y qué es la muerte si no el hombre? Somos los que morimos ahogados bajo el peso de tantos y propios pasos. Somos los que terminan ciegos por contemplar mañanas. Sordos de tanto callar. Somos los asfixiados por la inmortalidad de nuestro alrededor; del amor, del honor, de la esperanza, del dolor. Somos aquellos capaces de resistir al vacío con solo plegar las pestañas. Mirar a la verdad con el alma hueca.
El Canto de Orfeo. Pigmalión.

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