miércoles, 22 de febrero de 2012

Vega y volver.


Fijos los ojos al Sur,
me alejo por cuatro ruedas.
Quisiera no huir.
Encadenado y más lejos,
preso, abandono el calor
dolorosamente rápido,
caminante por cristalino río
que yo misma dejo.
También al buscar se deshacen 
en huellas
los ojos
que nada más pueden ver
que por dentro.
De ti y de mí.
Ver ya desde tan (y cada vez más) lejos,
como te vi,
como me quedé
viéndome marchar
con tantas y tan pocas cadenas,
sometiéndome a sentir siete punzadas
por cada hoja
que cada nuevo otoño tirará.
Y con él, braceando, me hundo
con los ojos ya no tan fijos.
No encuentro Sur
ni Norte.
No veo sino Vega.
Vega y volver.

2 comentarios:

  1. A mi me pasa lo mismo pero fijándolos en el Norte... ;)

    ResponderEliminar
  2. Yo creo que el Sur está bien, mucho más caluroso...

    ResponderEliminar

¿Qué te parece?