lunes, 4 de abril de 2011

A Jesús Rodríguez Ferreiro:


Realmente es curioso la preocupación por tantos proyectos, fingiendo olvidar el destino. Es curioso dar el todo por el nada, si en nada acabará. Tanta prisa, tanto nerviosismo, tantos pasos frenéticos hacia el fin de la cuerda floja, tratando de llenar tus millones de manos de aquello que únicamente facilitará que el esfuerzo resbale y se pierda. Porque el esfuerzo se pierde, lo sabes, aunque finjas haberlo olvidado. Esa mañana de abril llegará para todos. Puede que con suerte el recuerdo que tú mismo hayas olvidado perviva en las campanadas sordas de la iglesia en una esquina de un barrio, de esos donde los perros ladran y las viejas caminan con párpados cerrados. Esos santuarios que respiran del aire viciado del vacío de sus bancos, de esos en los que nadie cree, de esos que las rosas no huelen porque el color las ha secado.
Lástima que solamente nadie escuche entonces las memorias. Lástima que yo sea nadie. Lástima.

3 comentarios:

¿Qué te parece?