domingo, 29 de abril de 2012

Si abrir los ojos son bofetadas...

La silla de Van Gohg



Si abrir los ojos son bofetadas,
Mis órbitas los han escupido
Para tragarse tus nudillos más duros
Cada uno de mis pómulos
Como anzuelos.

Si hubiera tenido los cojones
Que nunca tuve,
Correría
A revolcarme en los charcos manchados
Como yo,
Como una cerda.
A atravesar mi frente
Las aguas grises
Para ser cruzada
Por el cemento
A cabezazos.
Pero no me verás deshacerme la frente a ostias.

No seré para ti
El rodaballo asfixiado
Que boquea por agua y anzuelos
En esta mierda amarilla
Varada en el zulo de siempre.
En el tubo más empapelado del mundo
Y más así
Que nunca.
Más sin cuerdas
Y con sus vacíos.

Tocaba la guitarra mientras hipaban las sienes
Y cantó la última, su final y muerte
Con el latigazo que el tiempo paró
En infinita condena.
En infinita condena
Me muerde tu cuerda
Y la última que quedaba
Con su último colmillo.
Las mandíbulas de ese corazón negro
Que cuelga de mi pescuezo
Afilado y latente.

La traición es negra,
Mi vida,
Cuelgas parado en infinito
De mi cuello.
Cuelgas, negro, de este zulo
Arrugándome las venas, hurgando
En mi esófago en busca del agua
Por la que boqueo
Y yo quiero chillar
Porque me duele todo.

Pero para ti mi garganta vacía
Tendrá cuerdas.

Y entre letras me verás.

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