miércoles, 18 de mayo de 2011

Simply the crime of the century:



La limpieza del honor lo ha embarrado en sangre,
con el pecado que sigue. La conciencia atraganta.
Sí, sus grises gracias aún gritan en tus oídos. 
Ya sólo es la aguda culpabilidad la que te aguarda.
Muerto tu seno, no muere la culpa;
ni la violencia que vive, ni el olvido.
Mas tu marcha continúa en ti. De ti no marchas.
Como las palabras que impresas dejaste en la pared,
como los regueros de esa mañana. Ni de ti, ni de mí marchan.
Por eso los miro flotando, arremolinados, con pestañas quebradas.
Y si sigues por aquí, si sigues con sombras,
no quiero ni que te quedes.
Ni que te vayas.

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