martes, 12 de abril de 2011

Estimadamente, claro.


Que llegue desde tu casa a la mía en sobre.
Envíame ese primer amor.
Envíamelo doliente
Y envíamelo profundo.
Envíamelo tal cual era.
Envíame mil cicatrices que con aire de recuerdo se puedan abrir.
Y que en papel se tiña de blanco y corran las letras,
Y que la tinta muera. Haz que la tinta muera
Con los días atrás en el cuerpo y
las noches allá en el tiempo.
Quiero sentir la punzada de tus perlas,
que los colmillos se pierdan
en carnes que sientan y sienta.
Mándame en carta la mirada de los espejos que no lució turbia
de sangre que solamente ha guardado tu boca,
de pozos que aguardan,
de uñas, de piel y de roca.

lunes, 4 de abril de 2011

A Jesús Rodríguez Ferreiro:


Realmente es curioso la preocupación por tantos proyectos, fingiendo olvidar el destino. Es curioso dar el todo por el nada, si en nada acabará. Tanta prisa, tanto nerviosismo, tantos pasos frenéticos hacia el fin de la cuerda floja, tratando de llenar tus millones de manos de aquello que únicamente facilitará que el esfuerzo resbale y se pierda. Porque el esfuerzo se pierde, lo sabes, aunque finjas haberlo olvidado. Esa mañana de abril llegará para todos. Puede que con suerte el recuerdo que tú mismo hayas olvidado perviva en las campanadas sordas de la iglesia en una esquina de un barrio, de esos donde los perros ladran y las viejas caminan con párpados cerrados. Esos santuarios que respiran del aire viciado del vacío de sus bancos, de esos en los que nadie cree, de esos que las rosas no huelen porque el color las ha secado.
Lástima que solamente nadie escuche entonces las memorias. Lástima que yo sea nadie. Lástima.

.



Hace tiempo que duelen mis plumas,
Quién sabe si no quedan ya.
Hoy preguntan por mis alas, pero
Nadie contesta. Nadie mira atrás.
No sé si es una mano helada o la falta
De manos, de nada.
Tropezaremos de nuevo con el mármol nevado,
Lo saben, sí, pero no opinan. Quizás ni supiesen.
La nieve es frío hueco, quisiera hallar esa finalidad.
La del tarde, del pronto,
Mas el ocaso brilla este amanecer, como la luz
De la noche, de lo profundo. La luz
De todo lo que falta. La luz
De mis alas, tus alas, de plumaje.
Luz de lágrimas. Oscuridad de sol.
Como cuando la brisa contiene el aliento para obviarte,
Como girasoles que enfocan tierra ahumada.
Quién sabe si es la sequedad. Quién sabe si una risa muerta.

Duelen por piedras.
Duelen por el aire.
Duelen por uñas.
Duelen por mañana.
Duelen. Quién sabe.