miércoles, 24 de agosto de 2011

0 inspiración.


Llegada al punto de mira, no veo más que días sucedidos ante mis ojos. No tengo más observaciones. No quiero más observaciones. No quiero seguir vistiendo el rocío, más y más sólido por cada paso que marcha. No quiero seguir calzando este cemento. No quiero. No quiero más hojas, ni más flores, ni más nieve, ni más sol. No quiero si estoy en el mismo sitio, de frío. No quiero el paso de más luces, de más rayos. No quiero esperar por lo inesperable, porque no quiero ser la aguja de un reloj. No, no lo soy. No quiero girar, y girar, presa por el mismo tiempo que yo marco. No quiero, pero es lo que hago. Y corre, y corre en el mismo sitio. Corro en el mismo sitio. Quiero salir, quiero que dejar de esperar al tiempo. Quiero que se acabe el tiempo. Quiero dejar de ser tiempo, pero resulta que yo soy el tiempo. Yo soy la limitación de mi tiempo. Yo, somos todos, porque todos abarca al tiempo. Realmente, el tiempo abarca todos. Todos limitados por yo, y yo por todos. Quiero, quiero, todos queremos.

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